Las depresiones sí que son buenas, son buenas para quitarte
los malos ratos, los malos amores, los malos recuerdos, son buenas para sacar lágrimas
viejas y renovar el alma, las depresiones son buenas para abofetear el
orgullo y hacerlo entrar en razón.
Las depresiones se disfrutan, se abrazan y se expresan, déjate
llevar y si la tristeza te pesa “deprímete” y llora si así lo quieres, y lánzate
al suelo si tus pierdas lo piden. No te cohibas de armar berrinche, de ahogarse
en lágrimas ni de oír esas canciones deprimentes hechas para esos momentos.
Las depresiones te limpian, te reconfortan, te sacuden el
polvo. Deprímete si lo necesitas, pero solo 1 día, solo 1 día será suficiente para
renovarte, para tomar impulso, para despedirse definitivamente del mal rato y
hacer un cambio, al día siguiente; toca planear, toca formalizar tus metas, tomar
un cuaderno y escribir los nuevos planes, nuevos sueños, nuevos hobbies, el día
siguiente comienza un nuevo Yo, así que deprímete todo lo que necesites el día
anterior porque el día de planes es solo para eso para tus nuevos planes.
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